La epidemia de VIH entre los HSH de la Ciudad de Buenos Aires sigue en ascenso constante. Los métodos de reducción de riesgo que se han utilizado con ellos han sido inadecuados; el siguiente artículo enumera una buena cantidad de iniciativas exitosas para reducir el riesgo entre HSH, y sugiere una cantidad de estrategias a utilizar, que merecerían un taller cada una. He traducido dos fragmentos: uno con el Resumen y Conclusiones en Lenguaje Llano y otro con el Debate y las Conclusiones de los Autores en versión completa.
En epidemiología del SIDA se necesita hacer fuertes distinciones entre clases sociales. En Estados Unidos los afronorteamericanos forman a rasgos gruesos las clases pobres y excluidas de aquel país; entre ellos el casamiento es culturalmente mandatario, y los comportamientos sexuales entre hombres (down-low) también lo son. Los contactos heterosexuales de esa epidemia son de alto riesgo, de mujeres con HSH y con UDI´s o infectados. Es un fuerte paralelo con la epidemia aparentemente heterosexual de nuestras clases humildes, donde el papel de los HSH no está descrito y la transmisión HSH ha sido ignorada.
Como una callada respuesta al Papa, que recomendó en África enfrentar la epidemia con abstinencia, ONUSIDA publicó ayer una gacetilla de prensa que recuerda que el preservativo es indispensable para luchar contra el SIDA, y que elípticamente afirma que recomendar abstinencia no sirve. En un párrafo dice que los países deben usar “todos los abordajes que tengan evidencias que los sustenten”, y si algo dejó Bush en el recuerdo de la lucha contra el SIDA fue los millones de dólares que gastó inútilmente en campañas de abstinencia que fracasaron sistemáticamente en todas partes.
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Por Carlos González Isla / La Nación (Diario Chileno)
ONG que participa de inédita investigación calificó la cifra de “altísima” y espera que sus resultados sirvan para reorientar la política pública y conseguir fondos internacionales. El estudio también dio cuenta del bajo uso del condón.
Desde la aparición de los primeros antirretrovirales (ARV) hubo infectólogos que tendieron a empezar la Terapia Antirretroviral (TARV) lo antes posible, y otros que tendieron a retrasarla lo más posible. En el 2008 solía recomendarse empezar la TARV cuando los CD4 del paciente llegasen a 450, pero sigue habiendo quienes esperan el descenso a 350. En VIH/SIDA el paciente debe discutir con su médico y llegar a un acuerdo sobre cómo tratarse. Si el médico indica que conviene esperar a que bajen los CD4 para la TARV, el paciente debe decir “he leído lo contrario”, y ambos deberán analizar sus argumentos con cuidado antes de decidir qué hacer. Para esta discusión puede servir el siguiente artículo.