BMC Infectious Diseases 2007, 7:130 Published: 9 November 2007 Received: 4 April 2007
Artículo de InvestigaciónLa llegada del VIH/SIDA a este continente ha sido objeto de todo tipo de teorías, conspirativas y de otra índole. Este artículo (muy técnico: las partes menos inteligibles las dejamos en inglés), refleja las rutas de la infección dentro de las Américas. El puente fue Haití: es lógico, si uno piensa que es el único país negro donde la religión es cristiana y el idioma francés o creole. Esto, unido a la pobreza del país, hizo que los trabajadores haitianos fueran la fuerza de trabajo del África descolonizada, desgarrada por luchas tribales, religiosas e independentistas en las que los haitianos no se interesaban. Al estar sin sus familias, recurrían a prostitutas y prostitutos, y al volver a su patria llevaron el VIH. El turismo estadounidense al Caribe se encargó del resto. Así el virus salido de las selvas africanas terminó llegando a Buenos Aires.
En la Norteamérica negra encontramos un espejo de lo que está ocurriendo en Argentina: el VIH ha usado redes sexuales para difundirse desde la clase media hacia abajo en la pirámide social, y los HSH de las clases humildes, al infectarse de VIH, generan una epidemia CHAR (contacto heterosexual de alto riesgo) en sus esposas y parejas.
Este importantísimo trabajo de fines del año 2007 probó sin lugar a dudas que, en las epidemias concentradas, los HSH en todas sus variantes, de gays a trans, llevaban el máximo y desproporcionado peso de la epidemia de VIH, y sin embargo en los lugares de alta capacidad de decisión de Argentina y Uruguay era hasta ahora un estudio desconocido, y los Proyectos País del Río de la Plata se redactaron en el año 2009 sin hacer referencia a él. Hemos colocado al principio el Resumen de los Editores, para quien quiera saber rápidamente de qué se trata, y después hemos traducido la parte sustancial del trabajo para quienes se interesan en evaluar la seriedad de estos trabajos. Dejamos en inglés las partes más técnicas y áridas.
Rafael Freda
El Ministerio de Salud de la Nación dice que en Argentina hay dos subepidemias: una de gays de clase media y otra heterosexual de clase baja. Nuestra hipótesis es que hay tres: una de gays de clase media, otra de homosexuales de clase baja, y una tercera en las mujeres de clase baja casada con esos homosexuales que, por ser de clase baja, ven como una obligación cultural casarse.
Entre la epidemia de clase media, educada y blanca, y la epidemia de clase baja sospechamos que hay poco contacto, o la transmisión HSH tendría muchas más víctimas que las que tiene, porque vivimos en un país machista donde la relación penetrativa entre varones es una práctica de extensión desconocida.
La clase humilde y la clase media argentina se diferencian por niveles socioeconómicos primero, y después por el color de su piel; en los Estados Unidos, la diferencia racial entre negros y blancos equivale a grandes rasgos a la diferencia entre pobres y ricos. Y en el siguiente artículo se muestra la notable incomunicación que hay entre negros y otras razas en las redes sexuales de San Francisco.
En los negros norteamericanos la epidemia de VIH está avanzando mucho más velozmente que en otros subgrupos poblacionales. Creemos que esto es lo que puede suceder con los homosexuales de nuestra clase humilde, una vez que el virus haga su camino desde la Universidad a la clase baja de primera completa o incompleta, donde a nuestro parecer todavía no se ha difundido en gran medida.
RF